Agustin Alcalá Fernández

“Hay personas que con su labor y trabajo pueden cambiar la vida de los demás. Hay personas que pueden con su talento, su esfuerzo y dedicación exquisita hacer que las personas volvamos o tengamos por primera vez la calidad de vida que nunca tuvimos. La gente siempre pide salud: “Dios mío que este bien”. Sabemos que eso al fin de cuentas es lo único que importa. Con apenas un año mis padres, hace la friolera de 44, buscaron al mejor otorrino de España, Don Agustín Padre, Agustín en el trato, pero un Don con Mayúsculas. Un señor educado, honesto, profesional, resolutivo, una persona a la que mirar a los ojos y saber que puedes depositar tu vida en sus manos porque lo tratara como un tesoro. Algunos diréis que ya no quedan profesionales así. Efectivamente apenas quedan, y digo apenas porque su hijo Don Agustín heredó del maestro todo, y asumiendo la enorme responsabilidad de tener un padre tan excelente en lo humano y profesional, desarrolla su carrera siendo para nosotros y nuestra familia el mejor entre los mejores. Debió de ser difícil para mis padres decidir 3 operaciones claves en mi vida. Una de amígdalas a los 2 añitos. Y en el año 88 obró la magia de darme la vida al operarme del oído derecho, 2 operaciones de 9 y 7 horas. En ese momento mi vida empezó. Llevo 32 años sin un solo dolor, molestia, pudiéndome bañar, sin problemas porque me entre el aire, sin supurar. Absolutamente nada, como cualquier otra persona. Algo que antes de ponerme en sus manos era un tormento un día sí, un día también. Los que padecéis del peor dolor que puede haber, el de oídos, sabéis de lo que hablo. Que no te alberguen dudas, nunca te arrepentirás de poner tu confianza y tu vida, en las manos de una persona del nivel, no solo profesional sino humano, del mejor entre los mejores. Agustín, gracias por darme una vida, siento no acordarme de ti, tan solo lo hago cuando alguien comenta que le duele el oído y le hablo de ti. Un abrazo fuerte desde Almendralejo. Nuestro corazón en tus manos.”